Sunday, October 29, 2006

Termodinámica, Nietzsche y sociedad.

Luego del post anterior, asumo que quedaron claros, o relativamente claros, los conceptos más básicos referentes a la segunda ley.
Sin embargo, es mucho más fácile de entender para sistemas en los cuales no hay flujo másico, sino que sólo energético. Pero vamos a encontrar numerosos procesos a los cuales entra continuamente tanto masa como energía a través del tiempo y a su vez, sale masa y energía constantemente.
Estos procesos se denominan transcientes.
Dentro de los procesos transcientes encontramos procesos en los que hay un flujo continuo de energía y de masa, pero en los que las variables macroscópicas están siempre fijas en cada lugar físico del sistema debido a que las condiciones de flujo másico y energético se mantienen constantes o bajo sisertas condiciones especiales. Se denominan Estados Estacionarios. ¿Qué pasa entonces con la entropía?
Ilya Prigogine creó un concepto muy novedoso llamado balance de entropía. De algún modo, toda la entropía que el sistema genera es disipada hacia el exterior, manteniéndose constante y para ello hace falta agregar energía desde el exterior hacia el sistema. De ese "retiro" de entropía nace el término neguentropía.
O sea, todo estado artificial de orden, agregación y complejidad que persiste en el tiempo, logra esto "evacuando" su entropía hacia el medio, consumiendo energía desde éste.
Tomemos por ejemplo a la raza humana. La raza humana sobrevive drenando energía del medio y evidentemente vemos como disipa el desorden que ella crea en la naturaleza. La entropía que genera la raza humana se la lleva la naturaleza, y se refleja en destrucción, depredación y contaminación.
Ahora bien, ¿qué sucede si esto lo extrapolamos, con bastante tino, según yo, a nuestra sociedad? Nos encontramos con que cada uno de los estratos sociales disipa su entropía en el más bajo. O sea, el estrato social más desfavorecido, trabaja para disipar la entropía generada por los más favorecidos. En resumen y perdonando mi chileno, lo natural en la vida sería la ley del gallinero, en donde el de más arriba se caga al de abajo.
Esto se aplica claramente a nivel económico y sólo desde una perspectiva termodinámica se podría intentar abordar este problema, buscando una forma de minimizar esta producción de entropía. Es claro que lo necesario es minimizar las necesidades materiales y el crecimiento poblacional.
Sin embargo, esto también se puede relacionar con Nietzsche a un nivel de interacción social, psicológico y espiritual. Desde el punto de vista termodinámico todo lo dicho por Nietzsche respecto del Aristócrata y el Plebeyo se justificaría, puesto que el aristócrata busca dar rienda suelta a su voluntad de poder, avasallando todo a su paso, para poder crecer tanto mental, espiritual y sentimentalmente (desde un punto de vista Nietzscheano Arsitocrático); se alimenta de su poder para así crecer, y así poder aún más, cayendo en una espiral entrópica y delirante.
Y es precisamente lo que se ve en la sociedad humana.
En el hinduísmo el fenómeno de disipación de la entropía es muy claro en su sistema de castas, sin embargo, a diferencia de el pensamiento Nietzscheano, su estímulo no es el poder mismo, es un camino y no una espiral. En el hinduísmo las castas superiores subyugan a las otras para así poder obtener el Moksha, la liberación del Samsara (aunque Nietzsche diría que es solamente una forma de justificación del lado pragmático de la esclavitud que surgió de la voluntad de poder de los arios frente a los drávidas).
En el caso del budismo, el enfoque que éste toma es el de la mínima producción de entropía. El budismo no hace diferencias sociales sino que busca minimizar el sufrimiento propio y ajeno, y para ello busca suprimir el apego, entendido como necesidad. Teniendo menos necesidades, se consume menos energía y se genera menos entropía (que igual debe ser disipada de alguna manera), así, además de obtener los resultados espirituales, la vida misma, en teoría, se prolonga. No son raros los relatos de maestros orientales de avanzada edad realizando proezas físicas asombrosas.
Yo creo que ninguno de los tres afronta el problema de manera correcta.
El delirio y la pasión de Nietzsche son algo sin lo que, a mi juicio, no se puede vivir, pero su voluntad de poder lo degenera todo.
Yo rescato del hinduísmo el sistema de castas, pero con un verdadero fundamento espiritual y que permita la movilidad intercastas durante la vida de un individuo de acuerdo a su progreso espiritual.
Y del budismo rescato la minimización en la producción de entropía, mas no se puede, creo yo, amar y alcanzar las mayores alturas y abismos absolutamente libre de apego (Nihilismo para Nietzsche). A mi juicio la postura budista es muy pragmática y efectiva en generar escaladores de montes pequeños.
En fin, creo que hay que llegar a un compromiso entre estas tres ideas, aunque suene muy difícil e incluso imposible.

Silent Enigma

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