Sunday, July 30, 2006

Apariencias

En filosofía uno de los tópicos más comunes ha sido el de las apaiencias. El hombre se cuestiona si el mundo que percibe es la realidad o no se trata más que de una apariencia falsa y que no es real, lo que percibimos no es verdadero. Platón, Descartes, en fin, un sinnumero de personajes se han devanado los sesos pensando en estas cosas, llegando a teorías que, al menos a mí, me dejan bastante que desear.
Nietzsche nos dice en el "Más alla del Bien y el Mal" que el hombre ha vivido obsesionado con encontrar la verdad, lo que lo ha conducido a buscar el saber con el unico objetivo de saber. Para N. las cosas tienen valor en la medida de que sean buenas para la vida. Es así como Nietzsche desprecia esta inquietud, pues para él resulta estúpido cuestionarse aquello que es lo único que se posee. El pensar de N. está dirigido hacia el cómo afrontar esa existencia terrenal y carnal, es una filosofía para la vida, y para él cualquier cuestionamiento acerca de esa existencia terrenal y carnal no es más que una evasión o una negación de la vida. El credo de Nietzsche es la vida.
Nos dice, a fin de cuentas, que si una idea falsa, una mentira, posibilita la vida, entonces ésta va a ser algo bueno. La ciencia se obceca en hallar la verdad a toda costa.
Yo, por lo general, tengo una visión similar, sin embargo, de vez en cuando la vida misma me lanza a la cara algunas posibles soluciones a ciertos problemas que en realidad no me dan mayores dolores de cabeza. Las circunstancias conducen mi mente hacia esos terrenos yermos.
De esta manera me encontré pensando acerca de las apariencias.
El otro día me asaltó una idea: No existe tal cosa como un mundo verdadero y uno falso, o uno real y otro irreal; sino que lo que sucede es que hay distintos grados de complejidad.
Si uno pone como ejemplo a la ciencia y a la ingeniería, nos podemos dar cuenta de ésto facilmente. Para un científico lo importante es hallar la verdad, para un ingeniero es completar su proyecto. Es así como el científico ante cierto fenómeno puede llevar a cabo mediciones, elaborar teorías y llegar a ecuaciones y formulas increíblemente complejas que, precisamente por esto, son demasiado difíciles de aplicar en la práctica. El ingeniero buscaría describir el fenómeno mediante una correlación empírica. O sea, el científico realmente entiende el fenómeno y lo describe tal cual es o lo más fidedignamente posible; al ingeniero, en cambio, no le importa el mecanismo de cómo ocurre el fenómeno, sino que los resultados del fenómeno bajo distintas condiciones.
Desde éste punto de vista, nosotros vivimos en un mundo que es una serie de simplificaciones que nos hacen fácil (o incluso, posible) la vida (y la comunicación). Como por ejemplo la existencia de un sujeto, una personalidad llamada "yo" que posee su identidad a través del tiempo; que yo soy quien piensa en este instante; que hayan ciertos verbos que tienen que tener un complemento directo; que el café que sale de la cafetera es un resultado de la maquinal rutina de echarlo en la cafetera, con el agua, dejarlo hervir y punto, cuando en realidad lo que ocurre es un proceso de extracción por vapor en donde hay una serie de procesos de transferencia de masa en donde la cafeína, pigmentos y compuestos aromáticos pasan del café molido a una corriente de vapor que posteriormente condensa y se transforma en café; y esto por nombrar unos pocos ejemplos.
Entonces desde este punto de vista, lo que pasaría es que la existencia sería siempre verdadera y la forma de percepción de ésta estaría basada en su observación bajo distintos lentes de aumento, que nos permitirían ver el mismo fenómeno verdadero (la existencia) con distintos grados de complejidad. O sea, no existe un mundo real y uno de apariencias, sino uno solo, muy real, que puede ser visto desde una perspectiva simplista o una perspectiva detallista.

Hoy cuando venía en el metro me puse a ver los reflejos de la gente en los vidrios. Todo se reflejaba en los vidrios, incluso yo mismo. Detrás de ese vidrio estaba el mar, los barcos, los cerros, las calles y dentro del vagón del metro había un montón de gente de lo más heterogénea, sentada, pensando en cosas propias de sus respectivas experiencias como seres humanos.
Sin embargo, yo me estaba fijando en los reflejos de la gente en los vidrios...
Me había transformado en un transmundano, en alguien cuyo pensamiento se vuelca sobre cosas situadas en un lugar distinto a esta existencia de carne y hueso, un lugar distinto a esta existencia terrena. Recomiendo mucho el capitulo del Zarathustra que versa sobre los transmundanos.
Al final me vine a dar cuenta que ese vagón de metro era una metáfora.
El reflejo era una apariencia de algo que es realmente, la vida misma cotidiana del subirse a un vagón de metro. Ese reflejo representaba el mundo de las ideas, el mundo de "Dios", el mundo del SER: Transmundos.

En resumen, pude ser que esto de las apariencias, a la larga, sea al revés de lo que se ha pensado por mucho tiempo en occidente, que en realidad lo que a simple vista se nos presenta como real, esto es, la existencia, es en efecto real y el mundo de las ideas no es el verdadero.
Y la otra posibilidad es que todo sea real, y que la confusión que se ha dado siempre radique en un problema de que existen distintos grados de complejidad, y no sea un problema de verdadero o falso sino que tenga mucho más de "graduación" o presencia de matices. El hombre siempre ha sido torpe en distinguir matices, siempre se lanza de cabeza hacia las cómodas dualidades opuestas y extremas.
De todas formas, esa obsesión con la verdad no es más que eso, una obsesión.
¿Qué se saca pensando en esto?
Vale más pensar en cosas más vivenciales y más ligadas a la existencia.
Para variar, Fritz tenía razón...

Y eso ha sido lo que he pensado durante estos días acerca de las apariencias...
La vida me lanza metáforas y signos a la cara, listos para ser interpretados.



Silent Enigma

PD: Debo destacar también que cada vez le encuentro más puntos flacos a Fritz, por ejemplo su perspectiva aristocrática y elitista, y lo peor de todo: la voluntad de poder, que es el "combustible" para su eterno retorno...